Un paseo por Unirock

El 26 y 27 de Marzo se llevó a cabo la séptima versión del festival de rock universitario de la Universidad Del Valle, Unirock.
Es una de las tradiciones de los rockeros de nuestra ciudad poder asistir a este evento que a pesar de comenzar a cobrar una pequeña cuota de acceso a los que no son estudiantes de la U, tuvo una asistencia masiva y me arriesgaría a decir, de las más grandes de su historia.
El verdadero espíritu del festival es mostrar talentos emergentes locales que con este empujoncito a una tarima tan grande, consiga lo que le falta para reventar su popularidad entre el público caleño. Aunque con los años vemos bandas que ya conocemos, el festival también se trata de darle gusto a los asistentes con sus grupos favoritos.
El ambiente no se puede describir con otra palabra diferente a “Univalluno”. La variedad en las pintas de los chicos asistentes fueron un desfile de rebeldía y creatividad. Aunque las camisetas negras son las reinas, aún, del guarda ropa en estos eventos, no es nada en comparación a como lo era antes. En mi época usábamos camisetas con el logo de alguna banda clásica, jean y converse, parecíamos uniformados, saliendo de un colegio fundado por The Ramones. Ahora además de las chaquetas de cuero tienen chalecos, busos y gorras, los cortes de cabello asimétricos, calvos por un solo lado y llenos de colores, son la ley. Cuando yo tenía 15 años cualquiera que tuviera el pelo de un color no humano, sea verde, azul, púrpura, se asumía que tenía que ver con la onda punk. En este último evento eso se probó como algo del pasado lejano.
A pesar del terrible calor que hizo durante los dos días, el espíritu del festival se mantuvo alto. Contaron con una amplia oferta de comidas y bebidas que se ajustaban perfectamente al bolsillo del estudiante promedio. Desde empanadas con ají a sándwiches aplastados, cerveza y licores artesanales, todos estaban a la mano para pasar un rato escuchando música en vivo en un espacio que es único en las libertades que ofrece.
Volviendo a la música, que es el núcleo de Unirock, estos últimos años ya no se da abasto con una sola tarima, por eso ya tienen dos: La tarima principal, no hace falta explicar mucho, es en la cual se presentan las bandas más populares, invitadas y con más recorrido. Y la tarima ascenso, que es un poco más pequeña y es precisamente para aquellas bandas que andan comenzando sus carreras pero que han demostrado un talento excepcional que las llevaron a ser escogidas.
Durante el primer día del festival, entre las bandas que abrían hubo espacio para el metal más pesado, para meterse en el mosh y poguear luego con los sonidos fiesteros del Ska. El volumen de la masa humana que se mueve en estas situaciones es todo un espectáculo que en realidad los que lo disfrutan son los artistas sobre el escenario, tanto visualmente como en el orgullo de sentir que con su música generaron esto.
El calor como ya dije antes fue un factor que nadie pasó por alto. Los músicos en la tarima principal, por lo menos los que abrieron ambos días, tuvieron que lidiar con el sol directamente y en el caso de Cirkus Funk, banda de funk caleña, que abrió el según día, se lo tomaron como un regalo. Se gozaron el momento, agradecieron por tener un día tan bonito y pusieron a bailar a los que se atrevieron a salir de las sombras para verlos de cerca.
En la noche del viernes comenzó a tocar una de mis bandas favoritas de la ciudad, los Electric Sasquatch. Una mezcla de psicodelia con algo de blues y toda una lista de géneros larguísima. Confieso que me preocupaba cómo los iba a recibir el público, porque justo antes tocó la banda de metal Pastusa SUCK y cientos de personas se unieron al mosh pit y saltaron durante toda la presentación. Al final todo salió perfecto, los Electric sonaron genial, la gente respondió, algunos saltaron y poguearon en las partes más movidas de algunas canciones. No se podía pedir más.
Para el cierre, los dueños de casa Ra La Culebra calentaron al público con su ya familiar show y recibieron a los Chilenos de Sinergia que terminaron de romperla con todo el poder de sus canciones. Un set de juegos pirotécnicos adornó el cielo de Univalle mientras el festival se despedía, dieron el final perfecto para los dos días de festival.
- Alexandra Garcia
- Alexandra Garcia
- Alexandra Garcia
- Alexandra Garcia
- Alexandra Garcia
- Alexandra Garcia
- Alexandra Garcia
- Alexandra Garcia
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- David Garcia Tejada
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
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- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
- Angélica Olaya
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